viernes, 3 de julio de 2009

Pastoral litúrgica

DIÓCESIS DEL ALTO VALLE DEL RIO NEGRO

Jornadas de Liturgia – Julio 2009

Pastoral litúrgica

La pastoral litúrgica está al servicio de la función sacerdotal de todo el pueblo de Dios, permitiendo a los cristianos el ejercicio de su sacerdocio a fin de ofrecer sus vidas como culto agradable a Dios en el Espíritu Santo. Esta acción tiene como objetivo la participación consciente y activa. Por lo tanto, la pastoral litúrgica es el arte de conducir a los fieles a una vivencia más profunda del misterio de la salvación, que es el misterio pascual.

En el conjunto de la acción pastoral de la Iglesia, la pastoral litúrgica constituye un campo específico de suma importancia, articulado con las demás pastorales. Lo dice el Concilio: "La liturgia no agota la actividad de la Iglesia (SC 9), pero es la cima y la fuente de toda su acción pastoral (SC 10)". "Antes de que los hombres puedan llegar a la liturgia, es menester que sean llamados a la fe y a la conversión (SC 9)" por el anuncio de la Palabra.

1. Relación entre pastoral litúrgica y participación

"La santa Madre Iglesia desea ardientemente que todos los fieles sean llevados a aquella participación plena, consciente y activa de las celebraciones litúrgicas, que exige la misma naturaleza de la Liturgia y a la cual, en virtud del bautismo, los cristianos, linaje escogido, sacerdocio real, nación santa y pueblo adquirido (1Pe 2,9; cf. 2,4-5), tienen derecho y obligación" (SC 14).

La pastoral litúrgica tiene como campo principal, específico e inmediato de su acción todo lo que se refiere a la Celebración del Misterio Pascual de Cristo en la vida de la Iglesia. Así encarada esta acción pastoral se distingue y complementa con los otros dos momentos de la vida eclesial – el anuncio de la Palabra y el Servicio a los pobres – que también son el fundamento de respectivas pastorales.

Mediante la celebración, la pastoral litúrgica procura poner en comunicación la vida de los fieles con el misterio de Cristo, comunicación que tiene como clave la participación.

Así lo resumen las siguientes definiciones de la pastoral litúrgica:


"Siendo la pastoral el arte de gobernar, instruir y santificar al pueblo fiel, la pastoral litúrgica es el aspecto de este arte que consiste en hacer participar a aquel pueblo activa y conscientemente en la celebración del culto, de modo que alcance en su fuente el verdadero espíritu cristiano". La pastoral litúrgica "designa el conjunto de los procesos que permitirán la participación activa y consciente del pueblo cristiano en la celebración de la liturgia" (A.M. Roguet).

"La participación litúrgica es la acción pastoral realizada hoy por el pueblo de Dios con el objetivo de edificar el cuerpo de Cristo, a través de las acciones eclesiales del culto cristiano y teniendo en cuenta la situación real de los hombres" (C Floristan).

"Se puede comprender la pastoral litúrgica como la acción pastoral eclesial que tiene como objeto inmediato la participación activa, consciente y fructuosa de los fieles en la celebración, y como finalidad la edificación del cuerpo de Cristo mediante la santificación de los hombres y el culto a Dios" (López Martín).


"Como pastoral específica, la Pastoral Litúrgica es una acción que se realiza en la Iglesia, con la Iglesia y para la Iglesia, de forma organizada, planeada y revisada, emprendida por agentes específicos a quienes se ofrece una formación específica teórica y práctica, con metodología propia, y que tiene como objetivo llevar al Pueblo de Dios a la participación consciente, activa y fructuosa en la Liturgia, de suerte que pueda arraigarse cada vez más en la Pascua de Cristo, acogiendo el don de Dios (santificación), para vivir su misión sacerdotal como Pueblo que alaba (glorificación) en todas las actividades de su vida y expresarla en la celebración, formando comunión y participando en la misión evangelizadora de la Iglesia en medio del mundo" (Conferencia Nacional de Obispos del Brasil).

2. Exigencias permanentes de la pastoral litúrgica

Son exigencias a tener en cuenta para el desarrollo de una pastoral litúrgica:

· Sentido de la santidad y trascendencia de la liturgia. El carácter sagrado de las acciones litúrgicas no es un añadido puesto por los hombres sino una consecuencia de la presencia del Señor.

· Procurar que las celebraciones sean verdaderamente comunitarias, no colectivas tan solo desde el punto de vista sociológico

· Respeto y comprensión justa del hecho sacramental. La liturgia es un fenómeno muy complejo en el que el acontecimiento de salvación se produce y se verifica en un régimen de signos. Por eso es necesario cuidar la nobleza, claridad y sencillez de los ritos; la comprensión de las palabras para facilitar una experiencia profunda que englobe a toda la persona

· Equilibrio y creatividad responsable a partir de la estructura de la celebración que ofrecen los libros litúrgicos.

· No cambiar por cambiar o estar buscando siempre la sorpresa o la novedad. La verdadera creatividad litúrgica no consiste en inventar sino en re-crear, haciendo nueva y propia cada acción y cada gesto.

· Dedicarse a la formación para el arte de celebrar. Es necesario contar con ministros cualificados que presidan la oración, proclamen la Palabra, animen, ayuden en el altar y sirvan mediante el canto, la música. Así lo presenta este autor:

"La pastoral litúrgica es una práxis eclesial, un saber hacer, un arte de celebrar y de guiar a los fieles hacia una vivencia más profunda del misterio de la salvación. Celebrar es un arte que exige ministros cualificados, en los diversos ministerios y servicios: presidir la oración y la asamblea, proclamar las lecturas, ejercer el ministerio de la música, del canto, de la danza, etc. La Pastoral Litúrgica ha de preocuparse por la formación de los responsables de las celebraciones "ya sea suministrándoles los conocimientos o perfeccionando los carismas y dones necesarios para un ars celebrandi"(L. Della Torre)..


3. El ámbito de la Pastoral litúrgica y sus diversas dimensiones

Se enumeran, a continuación, sin pretensión de agotar el tema, diversos campos que pueden integrar, de acuerdo con las posibilidades de cada lugar, una pastoral litúrgica:

· Pastoral de la Asamblea dominical para la Eucaristía o Celebración de la Palabra: mencionada aquí en primer lugar, porque es la celebración central en la vida de las comunidades. También incluye otras celebraciones eucarísticas cotidianas o circunstanciales.

· Pastoral de la iniciación cristiana: la asamblea cristiana sigue, generalmente, un itinerario con las siguientes etapas: a) la preparación y celebración del bautismo de niños; b) la iniciación en la fe en la familia a través de pequeñas celebraciones; c) la preparación para la primera comunión con celebraciones catequéticas, celebraciones eucarísticas para los niños y sus familias, primera celebración del Sacramento de la Reconciliación; d) preparación para el Sacramento de la Confirmación; e) catecumenado de adultos.

· Pastoral de los Sacramentos de curación: a) Penitencia y Reconciliación: situar la celebración sacramental en el contexto más amplio de la misión de Reconciliación y Penitencia de la Iglesia en el mundo, estimulando la corresponsabilidad de todos para una cultura de la reconciliación y la solidaridad (DSD77); descubrir formas de anunciar y celebrar la reconciliación y la paz en un mundo más sensible a los problemas de justicia y exclusión social; privilegiar el tiempo penitencial de Cuaresma. En un tiempo de cierta crisis de la celebración del Sacramento, redescubrir las posibilidades de valorar de nuevo la "confesión individual", pero también las celebraciones penitenciales no-sacramentales y la atención en la dirección espiritual ; b) Unción y asistencia pastoral a los enfermos integrada en una pastoral de la salud más amplia: visita, comunión, celebración de la unción incluso comunitaria y celebraciones de bendición para enfermos y otros necesitados.

· Pastoral del matrimonio - Celebración del sacramento del matrimonio con la participación de un Equipo de celebración para el canto y la animación.

· La formación en los ministerios. Más que cualquier otra pastoral, la liturgia es lugar de convergencia de la diversidad de ministerios para los cuales se pide una formación litúrgica específica: ministerios ordenados de los pastores y diáconos, ministerios instituidos o extraordinarios, y los numerosos servicios que precisa la celebración (ayudantes, lectores, comentaristas, miembros de coros).

· Elaboración de subsidios litúrgicos para diversos encuentros y otros momentos de la vida de la comunidad eclesial.

· Pastoral de la muerte en Cristo y los ritos que la rodean: conviene constituir un equipo de ministros específicamente preparados para la presencia pastoral en velorios, exequias y entierros y para la celebración eucarísticas en el aniversario de fallecimiento.

· Celebración de la Liturgia de las Horas en comunidades bajo diversas formas, con un equipo específico.

· Otras celebraciones según el gusto del pueblo sencillo de las comunidades de América Latina: Novenas de Navidad, encuentros de Cuaresma, el mes de María, de la Biblia o de las misiones o la semana de la familia.

· Celebraciones del culto eucarístico fuera de la misa, con la tarea de animar la oración y la espiritualidad que surge del misterio pascual.

· El espacio litúrgico: orientación para la construcción, decoración de iglesias y capillas, organización del espacio litúrgico; atención a los objetos usados en las celebraciones, iluminación, sonido y otros. A través del arte sagrado, el mismo lugar de la celebración debe transmitir el sentido del misterio que se celebra en la liturgia.

· Celebrar en el tiempo, según el ritmo del año litúrgico, teniendo en cuenta, especialmente, sus momentos fuertes (Adviento, Navidad, Cuaresma, Pascua y solemnidades); valorar el santoral, de modo particular las fiestas de Nuestra Señora, de los patronos y de los santos de devoción popular.

4. Los agentes y la organización de la pastoral litúrgica

La Iglesia reunida en asamblea es el sujeto de la celebración (SC 26). Si la meta a alcanzar por la pastoral litúrgica es favorecer la participación activa, entonces, en un primer nivel, cada uno de los miembros de la asamblea litúrgica es agente. De manera particular, todos los que en ella ejercen un ministerio al servicio de la comunión y de participación en la acción litúrgica, son los agentes indispensables de la pastoral litúrgica, cuyas actitudes permitirán revelar la "presencia escondida". Por eso, el Misal pide que, en la preparación de la Eucaristía, todos sean involucrados y escuchados:


"La selección de las diversas partes (de la misa) debe hacerse de común acuerdo con los ministros y todos los que ejercen alguna función especial, incluso los fieles en aquellos que los concierne de manera más directa" (IGMR 313).

En un segundo nivel, en cuanto pastoral organizada, la pastoral litúrgica, como las demás pastorales, necesita de agentes específicos que asuman el servicio de fomentar la liturgia de la Iglesia a nivel nacional, regional, diocesano y parroquial bajo la orientación de los Pastores, integrando comisiones o equipos de liturgia. Sus principales tareas comunes son: a) animación de la vida litúrgica; b) formación; c) asesoría; d) coordinación y organización de la pastoral litúrgica a través de una planificación propia.

4.1 Comisión Diocesana y/o Regional de Liturgia.

El Concilio pidió que se constituyera una Comisión de Liturgia en cada Diócesis o conjunto de diócesis (SC 44) y, en cuanto sea posible, una Comisión de Música y Arte sagrados (SC 46). La primera instrucción general Inter Oecumenici (1964) para la aplicación de la Constitución Conciliar detallaba las tareas de las comisiones de Liturgia nacional y diocesana que conservan aún hoy todo su valor. Esta tareas son:

· conocer el estado de la acción pastoral litúrgica en la Diócesis;

· poner en práctica la reforma litúrgica

· sugerir a los sacerdotes iniciativas prácticas para fomentar la liturgia;

· hacer una planificación progresiva de la acción pastoral litúrgica y recurrir a la asesoría de personas competentes;

· hacer que la pastoral litúrgica avance en colaboración con quienes trabajan en el campo de la Biblia, la catequesis, la pastoral, la música y el arte sagrado y en todas las asociaciones laicales.

En síntesis, son las tareas de, animación, formación, asesoría, organización y planificación a partir de la realidad, en un proceso de pastoral de conjunto, en colaboración con todos los demás campos de la pastoral.

La Comisión Diocesana de Liturgia debe contar con uno o varios sacerdotes con formación litúrgica, religiosos/as, laicos adultos y jóvenes con gusto y aprecio por esta rama de la pastoral y con cierta formación litúrgica. Un plan de acciones, elaborado de manera participativa, marca las tareas y prioridades de la Comisión, como la formación de agentes (ministros para la Eucaristía, Celebración de la Palabra, Pastoral del Bautismo) en sesiones o días de liturgia, curso de canto, reuniones por áreas litúrgicas para compartir experiencias entre parroquias; asesoría a las parroquias y al Obispo sobre pastoral de los sacramentos; elaboración de subsidios, cuadernos de estudio para equipos pastorales, subsidios para la celebración dominical de la Palabra, las novenas de Navidad, campañas de fraternidad, himnario litúrgico propio y otros.


4.2 La Pastoral Litúrgica Parroquial.

En un proceso de comunión y participación, cada vez más parroquias van creando su Plan Pastoral, acompañado por el Consejo de Pastoral, regularmente evaluado, y donde constan los objetivos de las diversas pastorales, las prioridades o metas asumidas y el calendario de actividades. En él siempre habrá lugar especial para la Liturgia, fuente y cumbre de toda actividad pastoral (cfr. DP 927).

La Pastoral Litúrgica Parroquial presenta algunos rasgos propios: ya existe con una cierta organización, pues todas las parroquias celebran, al menos, la Eucaristía y otros sacramentos.

La parroquia debe preocuparse por todos los campos de la Pastoral Litúrgica, ya que es el lugar propio donde acontecen las celebraciones.

La organización de una pastoral litúrgica bien planeada no nace de la noche a la mañana, sino que se va logrando a lo largo del camino. En general, el primer paso es un poco espontáneo y consiste en la constitución de diversos equipos de liturgia que van surgiendo según las necesidades para responder a campos específicos de la liturgia parroquial, como el Equipo de liturgia para la misa dominical o la celebración de la Palabra; el equipo de pastoral del bautismo de niños o el equipo para las celebraciones de novenas de Navidad. En un segundo momento, los equipos se diversifican más y buscan evaluar y mejorar el modo de actuar. El tercer paso viene cuando, a partir de la iniciativa de alguien, se sugiere una organización mejor de la pastoral litúrgica con un equipo de pastoral litúrgica parroquial, para articular el conjunto de la liturgia en la parroquia, coordinar mejor lo que ya se hace, profundizar la formación y el estudio de manera más sistemática, revisar las carencias y aumentar la calidad. El equipo de liturgia parroquial es, ante todo, un equipo de vida y oración, imbuido por la mística del servicio gratuito comprometido con la santidad y la espiritualidad de la comunidad.

La formación litúrgica en la parroquia se realiza de muchas maneras: para la mayoría, ante todo, a través de la misma celebración; para los ministros, en el mismo ejercicio del ministerio. Ciertos ministerios exigen una preparación técnica continua: coral, música. Un medio privilegiado de formación, en pastoral popular, son los encuentros específicos para intercambio de experiencias, reflexión, evaluación y formación promovidos al nivel de comunidades, parroquias, diócesis o regiones. Constituye un fenómeno nuevo y prometedor la presencia sólida de laicos en los diversos ministerios litúrgicos: "ministerios nuevos", como ministros extraordinarios de la comunión e, incluso, los ministros que presiden el Bautismo o el Matrimonio y los dirigentes de la oración, hombres y mujeres. La formación de los laicos, no sólo litúrgica, sino de modo general, debería considerarse una prioridad para exigir de las parroquias una inversión más sistemática en cursos de larga o corta duración.

4.3 El plan de acción de la comisión o equipo de liturgia

Un buen medio para articular el servicio de la animación de la vida litúrgica de una parroquia, diócesis o región es un plan de acción de la comisión o equipo de liturgia. Un plan bien hecho y realista permite caminar con mayor seguridad y sabiendo adónde se quiere llegar. Existen diversos modos de elaborar un plan. Lo más importante es comenzar a planificar el rumbo y las actividades que van a garantizar el verdadero servicio de pastoral litúrgica. Como toda programación, un plan de acción de un equipo de liturgia presupone:

hacer un estudio objetivo de la realidad;

determinar las prioridades;

establecer objetivos y metas;

hacer un registro de los recursos;

elaborar la programación.

La misma acción de elaborar el plan o el calendario de actividades debería constituir un ejercicio de comunión y participación. Lo más importante es la participación de las personas. Los pasos dados pueden ser pequeños, pero la acción participativa, al confiar en las personas y al valorar sus experiencias, permite que ellas adquieran confianza en sí mismas y asuman un servicio y, sobre todo, se sientan más Iglesia, participando de la misión del Buen Pastor.


Conclusión

La pastoral litúrgica es una "liturgia", un servicio que la Iglesia ofrece para introducir a las personas en el Misterio para la celebración. Es un trabajo lento, silencioso y abnegado. Es un proceso educativo, en sintonía con las demás pastorales, a la luz de la teología litúrgica, realizado en equipo y en comunión con el obispo y el párroco, teniendo como referencia la situación de los celebrantes, y como finalidad la formación litúrgica del pueblo de Dios y su participación activa en la celebración de los misterios. Una pastoral litúrgica eficiente y seria necesita planeación y evaluación. Es indispensable en la conducción y dinamización de la pastoral litúrgica en su diócesis y en las parroquias. La comunidad es en verdad el sujeto insustituible de esta pastoral.

El equipo de liturgia vive la "liturgia" de Dios mediante el servicio de preparar las celebraciones y todo lo que las rodea. Lo hace con cariño y dedicación para que todos participen activamente, alaben de corazón al Dios de la vida y se sientan partícipes en su "liturgia". El equipo de liturgia es un ministerio litúrgico que actúa en conjunto y en comunión con el presidente y la asamblea celebrante. El equipo de liturgia, para vivir bien la "liturgia de Dios" continuamente estará actualizándose y capacitándose a través de retiros, cursos de formación, encuentros de estudio, días de oración y convivencia fraterna y gratuita con los miembros del grupo. Su alegría es servir a la comunidad. Su vocación es preparar bien las celebraciones. Su espiritualidad se inspira en la mística de Juan Bautista: "Es necesario que El crezca y que yo disminuya" (Jn 3,30).





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